19 de mayo de 2008

FRAGMENTO DE "ANGELINA, O EL HONOR DE UN BRIGADIER"

Lumbre de cigarro, lava
de un Vesubio en miniatura,
cuya combustión perdura
hasta que en colilla acaba.
Como, a mi modo de ver,
te pareces en tu esencia
al ser de hermosa presencia
conocido por mujer.
Puesto en opuesto platillo,
el cigarro y la mujer,
se equilibran, a mi ver,
la mujer y el cigarrillo.
Y en ese ejercicio sumo
queda en el fiel la balanza,
porque de ambos, la esperanza
en la realidad es humo.
Humo que los dos evoca
fundiendo nombre con hombre
por lo cual ansía el hombre
llevarse a ambos a la boca.
Y al final, siempre ha de ser
idéntico de sencillo:
O fumarse el cigarrillo,
o... fumarse a la mujer.

No hay comentarios: