16 de julio de 2008

LA SERPIENTE Y LA LIMA

En casa de un cerrajero

entró la serpiente un día

y la insensata mordía

en una lima de acero.

Díjole la lima: - El mal,

necia, será para ti,

¿cómo has de hacer mella en mí,

que hago polvos el metal?

Quién pretende sin razón

al más fuerte derribar,

no consigue sino dar

coces contra el aguijón.

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