27 de agosto de 2008

SUEÑO DE NIÑO

¡Que sueño tuve tan dulce
un día, a la madrugada!
Ya hace tiempo, y lo recuerdo
como si ahora pasara.
Soñé que una cuna de oro
un bello ángel me arrullaba;
eran sus ojos azules,
su cabellera era larga,
y su cara, cual las flores,
hasta mis labios rozaba.
Por que durmiese tranquilo
tañia el ángel un arpa
llena de nuevas canciones,
llena de viejas tonadas,
que manaban claros rayos
cual del Canigó las aguas.
Terminadas las canciones
con besos me despertaba.
¡Era mi madre aquel ángel;
aquella cuna, su falda,
y el arpa, su corazón,
aquel que tanto me amaba!
¡Ay!, aquella arpa del Cielo
poco después se callara,
y aún aquellas canciones
repercuten en mi alma;
mi corazón de ellas vive,
aún mi lira de ella canta;
¡si la llegara a olvidar
sería un ave sin alas!
Mas ¡ay!, el hermoso ángel
que arrullándome cantaba
mereciéndome en cuna de oro,
un día tendió sus alas...
¿Por qué, al volar hacia el Cielo,
en la Tierra me dejara?

No hay comentarios: